Comentario
De cómo en este puerto se embarcaron los caballos
En este puerto de Itabitan estuvo dos días, en los cuales se embarcaron los caballos y se pusieron todas las cosas del armada en la orden que convenía; y porque la tierra donde estaban y residían los indios payaguaes estaba muy cerca de allí adelante, mandó que el indio del puerto de Ipananie, que sabía la lengua de los indios payaguaes y su tierra, se embarcase en el bergantín que iba por capitán de los otros, para haber siempre aviso de lo que se había de hacer, y con buen viento de vela partió del puerto; y por que los indios payaguaes no hiciesen algún daño en los indios guaraníes que llevaba en su compañía, les mandó que todos fuesen juntos hechos en un cuerpo, y no se apartasen de los bergantines, y por mucha orden fuesen siguiendo el viaje, y de noche mandó surgir por la ribera del río a toda la gente, y con buena guarda durmió en tierra, y los indios guaraníes ponían sus canoas junto a los bergantines, y los españoles y los indios tomaban y ocupaban una gran lengua de tierra por el río abajo, y eran tantas las lumbres y fuegos que hacían, que era gran placer de verlos; y en todo tiempo de la navegación el gobernador daba de comer así a los españoles como a los indios, e iban tan proveídos y hartos, que era gran cosa de ver, y grande la abundancia de las pesquerías y caza que mataban; que lo dejaban sobrado, y en ello había una montería de unos puercos que andan contino en el agua, mayores que los de España; éstos tienen el hocico romo y mayor que estos otros de acá de España; llámanlos de agua; de noche se mantienen en la tierra y de día andan siempre en el agua, y en viendo la gente dan una zambullida por el río, y métense en lo hondo, y están mucho debajo del agua, y cuando salen encima, están un tiro de ballesta de donde se zambulleron; y no pueden andar a caza y montería de los puercos menos que media docena de canoas con indios, las cuales, como ellos se zambullen, las tres van para arriba y las tres para abajo, y están repartidas en tercios, y en los arcos puestas sus flechas, para que en saliendo que salen encima del agua, le dan tres o cuatro flechazos con tanta presteza, antes que se torne a meter debajo, y de esta manera los siguen, hasta que ellos salen de bajo del agua, muertos con las heridas; tienen mucho carne de comer, la cual tienen por buena los cristianos, aunque no tenían necesidad de ella; y por muchos lugares de este río hay muchos puertos de éstos; iba toda la gente en este viaje tan gorda y recia que parescía que salían entonces de España. Los caballos iban gordos, y muchos días los sacaban en tierra a cazar y montear con ellos, porque había muchos venados y antas, y otros animales, y salvajinas, y muchas nutrias.